Para los residentes en el hemisferio norte, Argentina ofrece la atractiva posibilidad de disfrutar de dos veranos durante un mismo año, aunque debido a su gran diversidad y a su extensa geografía, merece la pena visitar estas tierras en cualquier época. Buenos Aires, por ejemplo, cuenta con numerosos atractivos urbanos que trascienden las estaciones; sin embargo, para apreciar zonas como la Patagonia o el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz, conviene aprovechar los meses de verano, entre diciembre y febrero. El mejor momento para acercarse a las cataratas de Iguazú, en la provincia subtropical de Misiones, es en la primavera o el invierno del hemisferio sur, cuando el calor y la humedad son menos sofocantes. Durante el invierno (de mediados de junio a finales de septiembre) se puede practicar el esquí.