Las islas resaltan como uno de los enclaves más propicios en el planeta para la práctica del buceo y el submarinismo, con 4.023 km de simas marinas, cavernas submarinas y agujeros azules, insondables oquedades repletas de agua que dan paso a las cavernas. Cada isla está rodeada de arrecifes de coral, y sus aguas ofrecen una visibilidad excepcional y unas temperaturas tan templadas durante todo el año que no se precisa traje de neopreno. Bajo la superficie puede contemplarse un extraordinario despliegue de vida marina, de un colorido y exotismo que rozan lo mágico: morenas, peces gruñones, barracudas, rayas, tortugas, peces ballesta, tiburones tigre, escaros y angelotes, destellando con todos sus colores fluorescentes, y una impresionante variedad de formaciones coralinas duras y blandas que, se calcula, suman un 5% de los arrecifes de coral del mundo. Permanecen numerosos restos de naufragios para explorar, incluso los de un tren en la costa de Eleuthera. Algunos isleños creen que parte de la ciudad perdida de Atlántida se halla bajo el agua, muy cerca de las Biminis. Pero sobre todo, Bahamas es famosa por las posibilidades que ofrece para disfrutar del submarinismo bajando por las paredes de las simas marinas situadas a lo largo de los bancos de Bahamas.
Cerca de la costa de Nueva Providencia también se suceden magníficos lugares para practicar este deporte, como el famoso Clifton Wall, en aguas de su costa suroccidental; así como la isla de Balmoral, cercana a la costa septentrional, y Razorback, que ha recibido su nombre por la afilada cresta de piedra caliza recubierta de coral que se eleva desde el arenoso fondo marino antes de desplomarse en la lengua del océano al Suroeste. Elbow Cay, en las inmediaciones de la costa de Abaco, cuenta con excelentes arrecifes en la cara atlántica. Las aguas más tranquilas cerca de Hope Town y la extremidad septentrional del cayo presentan formaciones de corales lobulados y en abanico, fácilmente accesibles a nado desde la orilla.
Las islas desbordan las posibilidades para efectuar innumerables actividades acuáticas, que incluyen el parapente, el esquí acuático y el windsurf. La mayoría de complejos hoteleros ofrecen la práctica de deportes acuáticos en sus precios, o como suplemento. La mayoría de estas actividades pueden desarrollarse en Nueva Providencia, Gran Bahama y Harbour Island. Cada enero se celebra el campeonato nacional de windsurf en Freeport (Gran Bahama). La naturaleza de Bahamas también alenta la navegación a vela, en especial las aguas protegidas del mar de Abaco (entre Gran Abaco y los cayos de Abaco) y el paso de Exuma. Ambas zonas se adecúan a las necesidades de los principiantes, ya que sus aguas son poco profundas y abrigadas, y nunca se pierde la tierra de vista.
Las aguas transparentes de los bancos de arena que rodean el perímetro de la mayor parte de las islas parecen haberse creado expresamente para la pesca de los macabíes. Esta especie de grandes ojos y cola partida es muy escurridiza, con lo que gran parte de la diversión -o frustración- consiste en encontrarles de entrada. Se pueden pescar durante todo el año, aunque abril y mayo, durante su época de desove, se convierten en los meses más productivos. Las aguas oceánicas del archipiélago también suponen un magnífico terreno de juego para bancos de peces aguja blancos y azules, delfines, petos y atunes como gran aliciente para la práctica de la pesca deportiva.
Bahamas también permite disfrutar con la observación de las aves. Más de dos docenas de reservas protegen a más de 230 especies. La isla indicada para esta práctica es la Gran Inagua, y el Parque Nacional de Inagua acoge la bandada más grande de flamencos antillanos del hemisferio occidental. Otros centros de interés ornitológico incluyen el Parque Nacional de Abaco; Man-O-War Cay (en las islas Abaco); la zona en las inmediaciones de Love Hill en la costa noreste de Andros del Norte; y Armbrister Creek, justo al norte de New Bight, en la isla del Gato.