Teniendo en cuenta la imponente belleza natural de Escocia y la abundancia de destinos que ofrece para unas vacaciones dedicadas a las actividades de aventura, sorprende la ausencia de una red de parques naturales o un sistema formal de derechos de paso para los caminantes. Esto se debe a que la tradición del país siempre ha optado por la permisividad de paso a los espacios abiertos. Los 153 km del camino de West Highlands conducen a los excursionistas por el espectacular paisaje de las Highlands, desde Glasgow hasta el fuerte William, indicado para aquellos que quieran escalar el monte Ben Nevis, el más alto de Gran Bretaña. Las Trossachs, en el corazón del país de Rob Roy, son también muy populares entre los excursionistas.
Los ciclistas que van en busca de naturaleza y de lugares remotos disfrutarán en las Highlands y las islas del noroeste; las Hébridas también son un lugar apropiado para practicar este deporte. Los ciclistas menos intrépidos cuentan con los lagos y las cañadas de la zona central y meridional. El centro de esquí más importante de Gran Bretaña está ubicado en Aviemore, pero Glencoe, Nevis, Glenshee, The Lecht y en Nevis Range también son lugares idóneos para esquiar. El golf es una de las atracciones principales de Escocia, donde la relación de campos por habitante es quizá la más elevada del mundo. El mejor surf puede practicarse en el norte, especialmente cerca de Thurso.
La pesca es un deporte caro y está sujeta a muchas leyes; el lago Spey y los lagos de los alrededores de la zona de los Cairngorm son idóneos para pescar algunas truchas o salmones. Los observadores de aves podrán contemplar increíbles aves marinas en la costa occidental y en las islas. El lago Ness es otro de los enclaves más turísticos de Escocia; es un lugar precioso donde se respira una atmósfera de misterio, la guarida perfecta para un monstruo, como el mito de Nessie.