Las islas Fiyi eran conocidas como las “islas caníbales”, ya que se creía que sus gentes eran feroces y hostiles. Por desgracia, su reciente historia política de golpes de Estado no ha contribuido a que muchos viajeros cambien de idea. A pesar de todo, las islas Fiyi son un lugar precioso que goza de un agradable clima tropical. En ellas se puede disfrutar de la práctica de diversas actividades, como el submarinismo y el buceo con snorkel; además, disponen de excelentes instalaciones turísticas, tanto para los viajeros con presupuesto reducido como para los que buscan unas vacaciones más lujosas.
La historia de las islas es única en el espectro del Pacífico, lo que ha dado lugar al actual crisol de influencias melanesias, polinesias, micronesias, indias, chinas y europeas. Durante casi cincuenta años, hasta el golpe militar de 1987, el pueblo indígena de las islas Fiyi representaba tan sólo una minoría étnica en su propia tierra. Durante el siglo XIX, las islas se convirtieron en el centro comercial del Pacífico Sur y, en 1874, fueron reclamadas por los británicos como colonia. En el transcurso de los cien años que aproximadamente las islas Fiyi permanecieron bajo el control del gobierno colonial británico, unos diez mil trabajadores indios fueron contratados para trabajar en las plantaciones de azúcar. A pesar de todo, los indígenas fiyianos consiguieron mantener sus ritos y prácticas tradicionales, como las mekes (danzas narrativas), las construcciones de bure (casa), las ceremonias de kava y la elaboración de tejidos tapa y de cerámica.