La cultura filipina se ha conformado como el resultado de una mezcla de influencias extranjeras y elementos nativos.
Aunque el teatro tradicional, la literatura y los kundimans (canciones de amor) en el idioma local recobraron protagonismo con el advenimiento del movimiento del Poder Popular de Corazón Aquino, en la actualidad el visitante presenciará concursos de belleza, culebrones, películas filipinas de acción y amor y grupos locales de música inspirados en el pop occidental.
Sólo un 10% de los filipinos (los llamados grupos culturales minoritarios o filipinos tribales) mantiene su cultura tradicional. Existen alrededor de sesenta clanes étnicos, entre los que destacan los badjao, nómadas del mar que habitan en el archipiélago de Sulú, y los cazadores de cabezas kalinga, en el norte de Bontoc.
Filipinas es el único país cristiano de Asia, creencia profesada por más del 90% de la población. El grupo religioso minoritario más numeroso es el musulmán, que tiene por bastión la isla de Mindanao y el archipiélago de Sulú. Existen asimismo una iglesia independiente filipina, algunos budistas y un número reducido de animistas.
La geografía e historia de Filipinas han contribuido a la multiplicidad de lenguas existentes, que en total suman unos ochenta dialectos. El concepto de lengua nacional se desarrolló tras la guerra hispanoamericana de 1898, y en 1936 se decretó el tagalo como lengua nacional, a pesar de que existían otros aspirantes a obtener este título, como el cebuano, el hiligaynon y el ilocano. En 1973 se acordó que el filipino fuera la lengua oficial. Se trata de un idioma basado en el tagalo, pero que incorpora elementos de otras lenguas del país. A pesar de todo, el inglés se mantiene como la más utilizada en el comercio y en la política.
La cocina filipina ha recibido influencias chinas, malayas y españolas. La merienda designa tanto al tentempié de media mañana como al de media tarde mientras que los pulutan (aperitivos) son servidos con bebidas alcohólicas. Para la cena se estilan los pinchos de carne o marisco a la barbacoa. Entre los platos más habituales, que siempre se sirven acompañados con arroz, figuran la carne y las verduras cocinadas con vinagre y ajo, el mero a la brasa, los guisos de carne y una gran variedad de sopas: de arroz, fideos, ternera, pollo, hígado, hueso de rótula, asaduras o verduras amargas. Los platos se acompañan con rodajas de papaya verde, pescado fermentado o pasta de gambas y trozos de crujiente corteza de cerdo. El halo-halo es un postre a base de hielo picado con caramelo y fruta, todo ello cubierto de leche en polvo.