En cualquier época del año existe alguna zona israelí donde se disfruta de un tiempo agradable, por lo que el clima no se convierte en un factor determinante a la hora de visitar el país. Quizá deberían evitarse las principales vacaciones judías, momento en el que Israel rebosa peregrinos, los precios del alojamiento ascienden y resulta prácticamente imposible desplazarse de una ciudad a otra.