Conoce la cultura de Jordania

En Jordania no hay demasiadas manifestaciones de música árabe tradicional, pero se pueden encontrar cantantes de estilo árabe con orquestas de instrumentos occidentales. Los beduinos conservan sus tradiciones musicales, con grupos de hombres cantando melodías parecidas a la música de trance, que acompañan a una única bailarina de la danza del vientre.

La arquitectura es el arte visual que predomina en el mundo árabe, en parte porque el Islam prohibe la representación de formas vivas. Por todo el territorio surgen mezquitas, restos del Imperio Romano y magníficos mosaicos. La Qusayr’Amra es destacable por sus frescos, uno de los cuales muestra a una mujer desnuda tomando un baño, expresión artística rara en estas regiones. El Al-Mu’allaqaat es un poemario árabe anterior al Corán. Una de las obras más conocidas de la literatura es Las mil y una noches (Alf Layla wa Layla), colección de cuentos procedentes de varios países y épocas. La artesanía beduina incluye joyería de plata, tejidos de colores vivos y una amplia gama de cuchillos.

La hospitalidad es uno de los fundamentos de la vida árabe. Para las familias jordanas, en especial los habitantes del desierto, es algo común acoger a los extranjeros en sus casas. La tradición surgió como una necesidad, a causa de la dureza de la vida en el desierto: sin comida, agua y refugio, muchos viajeros hubieran muerto. Es frecuente escuchar la palabra “bienvenidos”, seguida de una invitación para visitar la casa y compartir con ellos comida y la tradicional taza de té.

El islam, un culto monoteísta que tiene como libro sagrado el Corán, y que establece el viernes como día de ayuno, es la religión predominante en Jordania. Cinco veces al día los creyentes son llamados a la plegaria desde los minaretes de las mezquitas. El islam dimana de las mismas raíces monoteístas que el judaísmo y el cristianismo, y los musulmanes suelen mirar a los cristianos y judíos -gentes del Libro- con respeto (Jesús está considerado como uno de los profetas de Alá). Mahoma fue el último profeta, y Alá le dictó el Corán. La mayoría de los jordanos, incluidos los no árabes circasianos, son sunitas. Los circasianos (al igual que la otra minoría jordana, los chechenos) proceden del área caucásica de Rusia.

La ley islámica prohibe comer cerdo y consumir alcohol. El islam tiende a separar los sexos, por lo que algunos establecimientos gastronómicos sólo aceptan a hombres. Dichos locales, si se pregunta, cuentan con una sala familiar, es decir, una zona aparte para las mujeres. Cuando los jordanos van a comer fuera suelen encargar comidas para el grupo (una selección de mezzeh, o aperitivos, seguido por platos principales para compartir). El pan ácimo árabe, o khobz, se come con casi todo. Los otros platos básicos son el falafel, albóndigas de garbanzos fritas, el shawarma, lonchas de cordero a la brasa, y el fuul, pasta a base de habas, ajo y limón. El mensaf es una especialidad de los beduinos: es un cordero entero, cabeza incluida, que se sirve sobre un lecho de arroz y piñones con salsa de yogur.