La Valletta
Para quien alguna vez se haya preguntado cuál sería el premio por salvar a Europa, La Valletta es la respuesta. Bautizada en honor al caballero que acaudilló la resistencia de Malta al asedio turco de 1565, esta localidad se convirtió en la ciudad de los Caballeros de la Orden de San Juan y en la sede del gobierno maltés. Mientras viajaba por el Mediterráneo, Walter Scott la describió como “la ciudad construida por caballeros para caballeros”. En la actualidad es una villa amurallada del siglo XVI, excelentemente conservada y lo bastante pequeña como para recorrerla en unas pocas horas de manera fresca y descansada, a pesar del sol del Mediterráneo. De hecho, las calles fueron trazadas con gran cuidado para que por ellas penetraran las brisas frescas del puerto.
La Valletta, un rectángulo desigual en la punta de una península en la costa noreste de Malta, mide pocos cientos de metros de lado a lado en cualquier dirección y está rodeada de agua por el Norte, el Este y el Sur. Desde la puerta de la Ciudad, en el extremo suroeste, es posible caminar hasta el centro atravesando una serie de plazas rodeadas de palacios y catedrales. Uno de los palacios más espléndidos es el Auberge de Castille, antaño la sede de las lenguas (divisiones de la Orden de San Juan) española y portuguesa. En la actualidad, este palacio es la sede de la oficina del primer ministro y no está abierto al público.
Entre los numerosos y magníficos jardines de La Valletta se encuentran los de Upper Barrakka, que en sus orígenes fueron los vergeles privados de los Caballeros de San Juan italianos; desde allí se puede disfrutar de una vista fabulosa del Grand Harbour (Gran Puerto) y de Cottonera. La concatedral y Museo de San Juan presenta una fachada austera, pero su interior es una obra maestra barroca en cuyo suelo se yuxtaponen lápidas de mármol que conmemoran a los caballeros. El museo alberga una impresionante colección de tapices flamencos y dos cuadros del maestro italiano Caravaggio.
El otro museo importante de la ciudad, el palacio del Gran Maestre, funciona también como la sede de las oficinas del presidente y del Parlamento. Este museo contiene una enorme cantidad de tapices, frescos y frisos que conmemoran el Gran Asedio. En el fuerte de San Telmo, en la punta noreste de la ciudad, los guías van disfrazados de caballeros y se realizan representaciones de batallas históricas.
Mdina
Esta ciudad de 3.000 años de antigüedad, y que fue en el pasado el centro político de Malta, está llena de edificaciones normandas y barrocas y de angostas calles adoquinadas. Situada sobre un saliente rocoso a unos 15 km al oeste de La Valletta, la llamada Città Notabile en el Medievo ofrece una imponente vista de la isla. El edificio medieval que mejor se conserva es el Palazzo Falzon, construido en 1495, de estilo normando. Mdina cuenta con una hermosa piazza (plaza) principal, donde se encuentra la catedral Siciliano-Normanda. Esta iglesia católica del siglo XI es uno de los pocos edificios que sobrevivió al terremoto de 1693. El museo de la catedral contiene una colección de xilografías de Durero. No muy lejos, en el barrio de Rabat (arrabal), se encuentra el interesante Museo de Antigüedades Romanas, que contiene objetos de los mil años de dominio romano de la isla.
Hagar Qim
Es fácil transportarse a la Prehistoria en estos templos megalíticos. Edificados en tiempos muy remotos (3800 a.C.), Hagar Qim y los otros templos neolíticos de Malta son las estructuras construidas por el hombre más antiguas que se conocen. Este complejo está adornado con tallas de animales, ídolos, altares de sacrificios y cámaras de oráculos, todos ellos ejecutados exclusivamente con herramientas de sílex y de obsidiana. Las gigantescas losas de piedra caliza forman una serie de óvalos cuyo diseño ha sido comparado por algunos arqueólogos con las estatuillas de la Diosa Madre halladas en el lugar. La vista sobre el Mediterráneo y la cercana isla de Filfla que se divisa desde aquí es una de las mejores que se pueden disfrutar en Malta. Hagar Qim y el vecino templo de Mnajdra están cerca del pueblo de Qrendi, situado a unos 15 km al suroeste de La Valletta.
Gozo
Gozo posee un carácter propio, distinto al de las otras islas. Su campiña es más bonita que la de su vecina de mayor tamaño, el ritmo es más lento y se ven muchos menos turistas. La isla cuenta también con sus muestras de arquitectura medieval y de templos prehistóricos, lo que hace de ella un lugar ideal para escapar del trillado circuito turístico y a la vez experimentar lo mejor de Malta. En Victoria, el centro de la actividad comercial de la isla, se respira un apacible aire del siglo XVII. La vista desde la Ciudadela, o Gran Castello, abarca la isla entera. La casa Normanda, en el área de la Ciudadela, contiene un interesante museo de objetos tradicionales.
Se puede seguir los pasos de Ulises en la gruta de Calipso, en los acantilados que miran hacia la bahía Ramla, en la costa noreste. Otras oportunidades de practicar espeleología son las cuevas de Alabastro, en la aldea de Xaghra, a un par de kilómetros al suroeste de la bahía Ramla. El complejo de templos de Ggantija, también cerca de Xaghra, es el más espectacular de Malta.