Los terremotos y la guerra han destruido gran parte de las muestras tangibles del patrimonio cultural nicaragüense, en particular su arquitectura colonial. La excepción la protagoniza la ciudad de León, donde aún se conservan muchos de estos bellos edificios coloniales. Una de las formas de arte más apreciadas por los nicaragüenses es la poesía; su producción literaria no tiene parangón con ningún país de América Central. Rubén Darío (1867-1916) es conocido como el “príncipe de la literatura hispanoamericana”. Asimismo, en la mayoría de las librerías pueden encontrarse los últimos trabajos de poetas, novelistas y ensayistas nicaragüenses. La ciudad de la costa caribeña de Bluefields, de habla inglesa, es centro de la música reggae; el archipiélago de Solentiname, en el lago de Nicaragua, es un famoso refugio de artistas, poetas y artesanos; y, en la ciudad universitaria de León, puede admirarse el arte callejero sandinista en forma de murales modernistas.
El idioma oficial de Nicaragua es el español, aunque en la costa caribeña también se habla inglés y diversas lenguas indígenas. El catolicismo es la religión predominante, que convive junto a una serie de sectas protestantes, como la de Pentecontés y la de los baptistas. En la costa caribeña, ocupa un lugar fundamental la iglesia Moravia, introducida por los misioneros británicos.
Una comida típica nacional consiste en huevos o carne, judías y arroz, ensalada de col y tomates, tortillas y fruta del tiempo. El plato más popular en Nicaragua es el gallo pinto, una mezcla de arroz y judías a la que se añade el agua de cocción de éstas para dar color al arroz. Otros platos tradicionales son el bajo, un guiso de ternera, plátanos verdes y maduros, y yuca; y el vigorón, yuca servida con piel de cerdo frita y ensalada de col. En los puestos de comida callejeros se venden interesantes bebidas como el tiste, hecho de cacao y maíz, y el posol con leche, a base de maíz y leche. Nicaragua presume de producir la mejor cerveza y el mejor ron de América Central.