Moneda
euro, antes escudo
Comidas
· Presupuesto bajo: entre 2 y 6 euros
· Presupuesto medio: entre 6 y 12 euros
· Presupuesto alto: a partir de 12 euros
Alojamiento
· Presupuesto bajo: entre 10 y 12 euros
· Presupuesto medio: entre 20 y 40 euros
· Presupuesto alto: a partir de 40 euros
A pesar de que los costes empiezan a ser más elevados a medida que Portugal está alcanzando el nivel fiscal de la UE, aún sigue siendo uno de los lugares más módicos para viajar en Europa. Con un presupuesto mínimo, alojándose en hostales o en campings y con una dieta basada en autoservicios, es posible viajar por unos quince euros por persona en temporada alta. Si se opta por un alojamiento de precio reducido y por comer ocasionalmente en restaurantes económicos, el coste diario rondará los 25 euros. Cuando se planifica con antelación un viaje para dos, es posible obtener descuentos en temporada baja; comer y dormir de manera aceptable puede suponerles unos sesenta y cinco euros. En las zonas apartadas del circuito turístico, los precios descienden considerablemente.
Aunque es sencillo canjear los cheques de viaje y la tasa de un 1 por ciento es mejor que la correspondiente al dinero en efectivo, éstos tienen muy poco valor en Portugal, debido a las tarifas adicionales tan elevadas con las que cuenta el país, que pueden ascender a más del 13 por ciento por un cheque de 100 dólares. La excepción la constituyen los cheques de viaje de American Express, que se pueden cambiar sin comisiones mediante agentes de Amex. Las tarjetas son una alternativa más eficaz; hay cajeros automáticos en todos los centros turísticos, donde es posible extraer dinero de cuentas de ahorro o corrientes. Aunque se disponga de otros medios, es recomendable llevar siempre dinero en efectivo, en dólares o libras.
Si uno ha quedado satisfecho con el servicio, es razonable dejar una propina del 10 por ciento y si se trata de un aperitivo, basta con alguna moneda suelta. Los taxistas esperan también un 10 por ciento del precio del viaje. En los mercados, se puede regatear con un tono amistoso, pero hay que tener en cuenta que los portugueses suelen ser buenos negociantes. En temporada baja, el regateo puede ser útil para obtener descuentos en el alojamiento.