Desde el siglo I al siglo VI, el sur del Vietnam actual formaba parte del imperio hindá Funán. El imperio Shampa apareció aproximadamente en la actual Da Nang, a finales del siglo II, y se extendió hacia el Sur en la actual Nha Trang, en los alrededores del siglo VIII. Los chinos conquistaron el delta del río Rojo en el siglo II, y mantuvieron su dominio durante mil años, período marcado por una resistencia vietnamita tenaz y por rebeliones constantes. El control chino finalizó en el año 938, cuando Ngo Quyen derrotó a las tropas chinas en el río Bach Dang.
Durante los siglos que siguieron, Vietnam repelió repetidas invasiones chinas y extendió sus fronteras hacia el sur del delta del río Rojo y repobló gran parte del delta del Mekong. En 1858, fuerzas militares dirigidas por franceses y españoles atacaron Da Nang como reacción al asesinato de diversos misioneros. Un año más tarde, el ejército galo tomó la Ciudad Ho Chi Minh (antes Saigón). En 1867, Francia ya había conquistado el sur de Vietnam, convirtiendo este territorio en la colonia francesa de Cochinchina. La guerrilla comunista indochina, liderada por Ho Chi Minh, resistió al dominio francés. La declaración de independencia que proclamó el político vietnamita, tras la II Guerra Mundial, incitó confrontaciones violentas contra los franceses, que culminaron con la derrota militar francesa en Dien Bien Phu, en 1954.
Los acuerdos de Ginebra de ese mismo año dividieron temporalmente Vietnam en dos zonas: el comunista Vietnam del Norte y el anticomunista apoyado por Estados Unidos, Vietnam del Sur. La oposición político-ideológica desencadenó con rapidez una lucha armada: en 1965 se iniciaron los bombardeos norteamericanos. Los acuerdos de París, firmados en 1973, proporcionaron el inmediato alto el fuego y se procedió a la retirada de las tropas estadounidenses. Saigón se rindió a las fuerzas comunistas el 30 de abril de 1975.
Saliendo de las brasas para caer en el fuego, y sin haberse recuperado de la reciente lucha armada contra Estados Unidos, se desarrolló un conflicto diplomático entre Hanoi y Camboya, país gobernado por los khmer rojos desde 1975. Una prolongada serie de enfrentamientos finalizó con la intervención y el apoyo de China a Camboya; persistieron las matanzas hasta el acuerdo establecido por Naciones Unidas mediante el cual las fuerzas vietnamitas abandonaban Camboya en 1989. Aunque los khmer rojos continuaron con su guerrilla en las fronteras, ésta resultaba la primera ocasión desde la II Guerra Mundial en la que Vietnam no vivía en una situación oficial de guerra con otra nación. El final de la guerra fría y la disolución de la Unión Soviética en 1991 provocaron un acercamiento entre Vietnam y las naciones occidentales.
En julio de 1995, incluso la intransigente superpotencia norteamericana restableció sus relaciones diplomáticas con Hanoi, si bien el apretón de manos parecía flojo y forzado, al negarse la administración vietnamita a firmar ciertos compromisos comerciales en 1999. Estados Unidos, por su parte, mencionó la normalización de las relaciones diplomáticas -aunque 25 años más tarde persiste la caza de brujas-, y generalizó los apretones de manos, acompañados de cantidades ingentes de películas espeluznantes y de tonadas tristes. Los conflictos no se han visto favorecidos por portavoces tales como John McCain, quien en su reciente visita a Hanoi, habló de “los malos que ganaron la guerra”. Vietnam experimentó una explosión económica propia de la posguerra. Pero en la actualidad, la economía ha decrecido y el país se encuentra en una encrucijada, si bien algunos comentaristas predicen que este país será el próximo tigre asiático.