Cuatro filosofías y religiones principales han configurado la vida espiritual de los vietnamitas: el confucianismo, el taoísmo, el budismo y el cristianismo. A lo largo de los siglos, las tres primeras se han mezclado con las creencias chinas populares y el animismo vietnamita ancestral, para formar lo que se conoce como Tam Giao (o religión triple).
El idioma vietnamita (kinh) pertenece a la familia muong-khmer, que comprende el muong (hablado en Burma) y el khmer (el idioma de Camboya), así como el khmu, el bahnar, el bru y otras lenguas utilizadas en los altiplanos de Vietnam. Elementos del muong-khmer, el tai y el chino se combinan con numerosas palabras derivadas de los idiomas monótonos muong-khmer. Entre las lenguas extranjeras más habladas en Vietnam destacan, en orden de utilización, el chino (cantón y mandarín), el inglés, el francés y el ruso.
Las formas artísticas populares incluyen la pintura tradicional que se elabora en seda enmarcada, diversas variaciones teatrales, marionetas, másica y danza, escultura religiosa y objetos lacados.
La cocina vietnamita resulta especialmente variada: existen unos quinientos platos tradicionales diferentes; desde carnes exóticas como el murciélago, la cobra y el pangolín, a creaciones vegetarianas fantásticas (a menudo preparadas como complemento a los platos de carne y pescado). Pero la base de la cocina vietnamita la constituye el arroz blanco acompañado de verduras abundantes, carne y pescado sazonados con especias y salsas. Los rollitos de primavera y los panqueques, o tartas fritas, conforman los aperitivos más populares; y las omnipresentes sopas incluyen la anguila y el cabello de ángel, el pollo troceado y un regusto amargo. Entre algunas de las frutas más inusuales, se encuentra la fruta de dragón verde, la azufaifa, el caqui, el longán, el mangostán, el pomelo, la cereza de tres semillas y la manzana de agua. El café vietnamita es excelente.