Bolivia se encuentra en el hemisferio occidental; el invierno se extiende de mayo a octubre y el verano de noviembre a abril. El factor climático más importante que hay que recordar es que en general el verano es húmedo y el invierno seco.
Aunque las tierras altas y el Altiplano pueden ser fríos en invierno y húmedos en verano, las inundaciones ocasionales en la carretera constituyen la única dificultad grave para viajar por estas regiones. En las tierras bajas tropicales, sin embargo, el verano puede ser poco favorable, con barro por todas partes, un calor agobiante, parásitos y aguaceros constantes, con las consiguientes dificultades para viajar debido al fango y las inundaciones.
También hay que tener en cuenta que la temporada alta para el turismo cae en invierno (de finales de junio a principios de septiembre), no tan solo debido a los factores climáticos sino también a las fechas de las vacaciones europeas y norteamericanas, y al hecho de que coincide con la temporada más festiva en Bolivia. Esto significa que tanto los visitantes extranjeros como numerosos suramericanos viajan durante este periodo.