Las tradiciones indígenas son una de las manifestaciones culturales que más han influido en la propia identidad del país. El arte de los inuit del norte es quizá una de las muestras más distintivas, en especial sus esculturas y tallas en piedra y hueso. Los estampados, la cestería y la escultura son otros campos en los que sobresalen los artistas nativos.
Durante años, el pueblo canadiense ha luchado por conservar y afianzar su identidad cultural, debido a la gran influencia que Estados Unidos ha ejercido sobre él. En las tres últimas décadas ese sentimiento de desasosiego ha dado lugar a un gran flujo de grandes escritores como Margaret Atwood, Alice Munro, Robertson Davies, Michael Ondaatje, Mordecai Richler y Réjean Ducharme, así como de músicos de renombre internacional, como Leonard Cohen, Joni Mitchell, Neil Young, K.D. Lang, Alanis Morrisette y los Cowboy Junkies.
Los idiomas oficiales del país son el inglés y el francés; ambos aparecen en mapas, folletos turísticos o etiquetas de productos, aunque en realidad la única provincia oficialmente bilingüe es New Brunswick. Sin embargo, el francés canadiense difiere del hablado en Francia; una muestra es el dialecto propio de Quebec, que por sus particularidades se denomina quebecois.
Las diferencias entre Quebec y el territorio anglohablante de Canadá no se reducen al idioma. La influencia francesa en la provincia también se refleja en la arquitectura, la música, la gastronomía o la religión. Con tantas diferencias culturales, se intuye que las relaciones entre ambas partes del país puedan ser, en el mejor de los casos, problemáticas. En Quebec existe una sensación generalizada de que el resto del país no entiende ni valora sus diferencias y deseos, razón por la que muchos de sus habitantes están a favor de una relación de soberanía con el resto del territorio.
La gastronomía en el Canadá anglófono basa su ideal, siguiendo la tradición británica, en una dieta ligera; aunque no existe ninguna exquisitez culinaria representativa de esta zona, abunda la buena mesa. En la mayoría de las ciudades es corriente encontrar restaurantes griegos, italianos, indios y chinos. En Quebec, sin embargo, existen algunos platos característicos dignos de mención, como la sopa francesa de guisantes, las tourtières (pastel de carne) y el poutine (patatas fritas con salsa y requesón). En las provincias de la costa atlántica, los franceses de Acadia cocinan una especie de pastel de carne de cerdo, pollo o almejas cubierto con puré de patatas gratinado (paté à la rapure). Quebec es también el mayor productor del mundo de jarabe de arce, elaborado a partir de la savia hervida de estos árboles. En Canadá se elaboran quesos de gran calidad, especialmente los cheddar. En ambas costas del país puede saborearse abundante y delicioso marisco a muy buen precio.
Existe un gran número de leyes y normas que regulan la venta de bebidas alcohólicas; por lo general, éstas deben comprarse en tiendas estatales, que en muchos casos cierran por la noche y los domingos (excepto en Ontario) y, por norma, también durante las vacaciones. La única excepción la constituye Quebec, donde puede comprarse vino y cerveza en cualquiera de los establecimientos locales denominados Deppaneurs.