El legado cultural chipriota se extiende durante más de nueve mil años; sin embargo, en su actual panorama cultural se evidencia la trascendencia de los acontecimientos acaecidos desde 1974. El norte de la isla está adoptando la imagen de Turquía, traduciendo sus nombres al turco y adoptando su forma de vida y cultura. El Sur también intenta modelar una identidad propia, y muchos de sus enclaves también han sido rebautizados.
Pero, a pesar de esta situación, la nación está repleta de vestigios que reflejan su historia. Reliquias de todas las épocas extienden su influencia a los artistas actuales: yacimientos arqueológicos, objetos micénicos, templos griegos, mosaicos romanos, iglesias paleocristianas, frescos del siglo XV, monumentos góticos, fortificaciones venecianas, mezquitas turcas… En muchas poblaciones, combinaron estas influencias con su tradición local, desarrollando formas artísticas propias, como la cerámica, la plata y el cobre, la cestería, la tapicería y los famosos bordados de Lefkara.
La religión también está dividida por la línea verde ; los norteños son mayoritariamente musulmanes sunitas, y los sureños, griegos ortodoxos. La gastronomía también refleja esta línea divisoria: en el Norte se ofrece principalmente comida turca; en el sur, griega. Pero en cualquier rincón de la isla se puede encontrar kleftiko (cordero al horno) y mezzeh (pastas vegetales, ensaladas y otros refrigerios). Chipre es también famosa por su fruta, que el gobierno protege limitando su importación. Entre otros, se cultivan fresas, melones, peras, cítricos y uva.