Costa Rica destaca más por su belleza natural y su población amistosa que por su cultura. La abrumadora influencia europea borró casi por completo toda huella indígena y, dado que éste fue un país de campesinos con una economía de subsistencia hasta mediados del siglo XIX, la actividad cultural retrasó su germinación hasta estos últimos 100 años.
La cifra de católicos supera el 90% de la población profesa el catolicismo pero, en la práctica, la mayoría acude a la iglesia sólo para los bautizos, funerales y bodas. Los negros de la costa del Caribe suelen ser protestantes, y en San José existen otras confesiones, como una pequeña comunidad judía. El español es el idioma oficial, aunque en las zonas turísticas suelen entender el inglés. Muchos negros del Caribe hablan un curioso dialecto del inglés conocido como criollo. En las zonas aisladas, se expresan en lenguas indígenas; la más extendida es el bribri, que se calcula es comprensible para diez mil personas.
La gastronomía costarricense está más sabrosa que condimentada; sus ingredientes principales son la ternera, el pollo y el pescado, acompañados de arroz, maíz o judías y fruta fresca. El café también es delicioso.