Para la mayoría de los egipcios, su forma y estilo de vida ha cambiado poco en los últimos siglos. A pesar de que, como es lógico, el siglo XX ha dejado su huella, para la mayor parte de los fellahin (población campesina) la situación se mantiene prácticamente inalterable. Entre la mayoría de los egipcios, prevalece la actitud de que lo que tenga que ser será, una visión casi fatalista, fruto de miles de años sufriendo plagas, escasez, invasiones e inundaciones. Para ellos, la vida está marcada por las mismas circunstancias que condicionaron a las generaciones anteriores.
La pintura ha formado parte de la vida egipcia desde los primeros dibujos de la pirámide de Unas en Saqqara, en torno al año 2300 a.C. Pero fueron los faraones del Imperio Nuevo los más interesados en adornar el interior de sus tumbas con vívidas imágenes del más allá y de la resurrección. La pintura egipcia contemporánea recibió la influencia del arte occidental hasta mediados del siglo XX, momento en el que los pintores egipcios empezaron a buscar su propio camino. Algunos de los artistas contemporáneos más conocidos son Gazbia Serri, Inji Eflatun, Abdel Wahab Morsi, Adel el-Siwi y Wahib Nasser.
La música popular egipcia ha estado representada, hasta no hace mucho, por la ubicua voz de Om Kolthum, la llamada “madre de Egipto”, fallecida en 1975 pero cuya música y leyenda aún hoy perviven. Sus canciones, la más conocida muestra de la música egipcia en Occidente, se basaban en poesías y operetas. También destacan los músicos Abdel Halim al-Hafez y Mohamed Abd el-Wahab. En los últimos tiempos, se han ido incorporando cada vez más elementos del pop occidental a la música contemporánea egipcia, siendo sus máximos exponentes Iheb Tawfik, Mohamed Fuad y Hakim.
A pesar de que Egipto es famoso por la danza del vientre, este tipo de baile se considera vulgar y un signo de promiscuidad. En realidad, muchas de las bailarinas de la danza del vientre que actúan en hoteles y complejos turísticos son europeas o americanas, ya que, según sus parámetros culturales, comportarse de forma tan provocativa es impropio de una mujer árabe. De hecho, las bailarinas egipcias, como Fifi Abdu, precisan guardaespaldas para protegerse del fanatismo islámico. No obstante, en grandes reuniones familiares, como bodas o fiestas privadas, la danza puede formar parte de estas celebraciones.
El escritor Naguib Mahfuz, con más de cuarenta novelas y treinta guiones en su haber, recibió el Premio Nobel de literatura en 1988. Sus obras más destacadas son Trilogía de El Cairo (1957) y también Hijos de nuestro barrio, escrita en 1956, que sigue estando prohibida en Egipto y muchos la consideran blasfema (ésta puede ser la razón por la cual, en 1994, el autor, que en aquel momento contaba con 83 años de edad, sufrió un atentado). Otros escritores destacados son Tawfiq al-Hakim, Yahya Haqqi y Yusuf Idris. Tras Mahfuz, Nawal el-Saadawi probablemente sea la escritora egipcia más conocida, aunque su trabajo cuenta con más reconocimiento en el extranjero que en su propio país. Sus obras más aclamadas son Mujer en punto cero, La caída del imán (prohibida en Egipto) y La mujer que buscaba.