Conoce la cultura de Madagascar

La mayor parte de la música malgache contemporánea y tradicional se basa en ritmos de danza con influencias indonesias y continentales, en particular de Kenia. Estos ritmos se acompañan con flautas, silbatos y la valiha, un instrumento de 28 cuerdas parecido a un fagot pero que se toca de forma similar a un arpa. El lokanga voatavo, o cordófono, es igualmente muy corriente, así como diversos tipos de guitarras, incluido el kabosy, parecido a un ukelele. El vaky soava se corresponde con un estilo de canto rítmico acompañado exclusivamente por palmas; uno de sus intérpretes más conocidos, Paul Bert Rahasimanana, desarrolló un estilo personal que incluía acompañamiento musical. Sus temas incluyen la pobreza, el amor, la pérdida y la esperanza.

La población regional de Fianarantsoa se ha convertido en los últimos años en una especie de capital literaria, al acoger a diversos novelistas y escritores contemporáneos. Si bien la literatura no llegó a desarrollarse hasta las décadas de 1930-1940, la oratoria tradicional, denominada kabary, está muy bien considerada. Sus raíces se remontan a las asambleas políticas tradicionales, cuyos participantes se turnaban la palabra; tras su evolución y popularización, llegó a extenderse hasta un público más amplio como forma de entretenimiento. El kabary es una parte fundamental del hira gasy, un género de espectáculo secular que incluye música, danza y relatos orales que se representa en Tana los domingos por la tarde.

Si bien oficialmente Madagascar posee una cultura y lengua comunes, la población malgache se divide en 18 clanes cuyas fronteras se rigen más por las pertenecientes a los antiguos reinos que por las características étnicas de la población. La mayoría de malgaches son de raza mixta, pero algunos, como los merinas de la zona de Antananarivo, poseen un perfil predominantemente indonesio, mientras que otros, como los vezos de la costa suroeste, con fuertes vínculos con el África oriental, se asemejan a los negros africanos.

Madagascar posee dos lenguas oficiales: el francés y el malgache, este último muy extendido. Pertenece a la familia de las lenguas austronesias, que incluye el indonesio y muchos otros idiomas polinesios; su pariente lingüístico más cercano se habla en el sur de Borneo. También ha adoptado palabras del francés, el árabe, las lenguas africanas más cercanas y el inglés.

El 52% de los malgaches practican religiones tradicionales, e incluso los cristianos declarados (41%) tienden a respetar con devoción los ritos de estas creencias. Los malgaches reverencian a los muertos, y le otorgan tanta importancia al más allá como al presente. El alma de los fallecidos desempeña un papel más importante en las vidas de los vivos que en prácticamente cualquier otra cultura. En los funerales se desarrollan rituales muy elaborados y, si se cree que los muertos no han quedado satisfechos, se efectúan rituales adicionales para apaciguarlos. El más conocido es el famadihana, o retorno de los huesos, en el que se exhuma el cuerpo, se le habla y se le entretiene para luego volverlo a enterrar con presentes y un nuevo sudario. También habitan comunidades musulmanas que, entre todas, suman aproximadamente un 7% de la población.

El elemento dominante de la comida malgache es el arroz, vary, pero éste no acompaña a la comida, sino que es ésta la que actúa como complemento. Por lo general, en las cantinas al borde de las carreteras se sirven grandes platos de arroz con un pequeño acompañamiento a base de ternera, pescado o pollo. Aparte de este alimento, entre los platos preferidos de los malgaches, figuran el romazava (un estofado de ternera y verduras) y el ravitoto (estofado de cerdo con hojas de yuca). Numerosos platos van acompañados de un curry avinagrado y picante denominado achards. El pescado de la costa resulta económico y exquisito; prácticamente durante todo el año se puede adquirir una amplia gama de frutas tropicales (voankazo): piñas, lichis, mangos y plátanos.

Debido a la influencia francesa, se estila más el café, excelente, que el té. La cerveza local THB (Three Horses Beer) resulta igualmente muy apreciada. En las proximidades de Ambalavao y Fianarantsoa se producen varios vinos de gran calidad, incluido uno de color grisáceo denominado, cómo no, gris. También se encuentran diversos tipos de brebajes, todos ellos de una potencia más que suficiente para quitar el aliento. El toaka grasy es un ron tosco a base de arroz y caña de azúcar; el trembo, un ponche de coco; y el litchel, una bebida alcohólica de frutas a base de lichis. De más categoría es el roma, un ron destilado.