De los cien o más grupos tribales tanzanos, la mayoría son de origen bantú. La influencia árabe en las islas de Zanzíbar y Pemba se evidencia en sus gentes, mezcla de sirazíes (de procedencia iraní), árabes, comoerenses (originarios de las islas Comores), y bantú (la etnia predominante). La población asiática constituye una minoría importante, especialmente en los pueblos y las ciudades. Los europeos (descendientes o expatriados), conforman una minoría más reducida. La mayor parte de los habitantes que no corresponde a los bantú, pertenece a los masai (cuya lengua es el nilótico), y pueblan la zona noreste del país.
Los idiomas oficiales se corresponden con el swahili y el inglés; el segundo es el más utilizado en el comercio. Igualmente, existe un gran número de lenguas tribales que reflejan la diversidad étnica de la nación. Más allá de las poblaciones, escasean los angloparlantes, a diferencia de Kenia. Se afirma que el swahili de Zanzíbar es mucho más puro que en otros lugares, y bastantes viajeros se dirigen a la isla para aprenderlo.
La mayoría de la población profesa bien el cristianismo, bien el islamismo; el hinduismo lo practica una cuarta parte de sus habitantes. El grueso de los musulmanes se concentran a lo largo de la costa y en las islas. En comparación al islamismo, el cristianismo tardó mucho tiempo en dejar huella, e incluso entonces (durante el siglo XIX) únicamente lo practicaban diversas tribus del interior. En la actualidad, permanecen numerosos clanes que no siguen ninguna de las principales religiones y que veneran al antiguo espíritu de su culto. Los masai creen en el dios Engai y en su mesías Kindong_oi, progenitor de los sacerdotes de su credo. En la actualidad, y según se afirma, no existe sesgo religioso en la administración civil y política del país.
La música y el baile tanzanos dominan gran parte de África oriental. De ritmo vigoroso y famoso por sus pegadizas letras, el son del kiswahili tanzano se mantiene vivo gracias al próspero mundo de las bandas musicales y la danza. Remmy Ongala constituye el nombre más conocido fuera del país. En Zanzíbar radica el corazón de la destacable tradición poética y musical conocida con el nombre de taraab. La diosa de este cautivador estilo, Siti Bint Saad, fue la primera cantante africana que realizó grabaciones ya en el año 1928.
No existe una diferencia apreciable entre la comida keniata y la tanzana -lo que podría considerarse una noticia negativa para los gastrónomos-. Al igual que en Kenia, el nyama choma (carne a la parrilla), se ha extendido por doquier, especialmente en restaurantes con servicio de bar. Sin embargo, la costa, junto a las islas de Zanzíbar y Pemba, ofrece una selección decente de platos tradicionales kiswahili basados en el marisco. La bebida nacional es la cerveza Safari Lager, y el licor local puede definirse como un brebaje letal de ron blanco: el konyagi.