Conoce la historia de Serbia y Montenegro

Los primeros habitantes de la antigua Yugoslavia fueron los ilirios, a los que siguieron los celtas en el siglo IV a.C. y los romanos un siglo más tarde. A mediados del siglo VI a.C., las tribus eslavas cruzaron el Danubio y ocuparon gran parte de la Península Balcánica. En 1217 el reino de Serbia – que incluía gran parte de Albania y el norte de Grecia – se independizó de Bizancio; en 1389 el Imperio otomano invadió Serbia y permanecieron durante 500 años más. En el siglo XIX los serbios empezaron a luchar por su independencia, que se logró en 1878.

Los problemas en el reino de Serbia empezaron a aparecer tan pronto como consiguieron la autonomía. Durante la Primera Guerra Balcánica (1912) se aliaron a Grecia y Bulgaria para liberar a Macedonia de Turquía. Durante la Segunda Guerra Balcánica (1913) trataron de conseguir Macedonia, que estaba bajo el dominio de Bulgaria. Junto con el la Europa Occidental, también se hicieron con Kosovo, que pertenecía a Albania. En 1914 el Imperio Austro-Húngaro invadió Serbia y ello llevó al estallido de la Primera Guerra Mundial. Tras la contienda, Croacia, Eslovenia, Vojvodina, Serbia, Montenegro y Macedonia se unieron para formar el Reino de los serbios, croatas y eslovenos, que después recibiría el nombre de Yugoslavia.

En 1941 Yugoslavia se unió oficialmente al fascista eje tripartito, cegados con la promesa de los alemanes de concederles un pedazo de Grecia. Los yugoslavos no se impresionaron – derrocaron al regente que los gobernaba y salieron de la alianza. Hitler invadió al país y lo repartió entre Alemania, Italia, Hungría y Bulgaria. Cientos de miles de serbios y judíos fueron masacrados por el recién instalado gobierno títere croata.

Yugoslavia consiguió mantener su independencia después de la Segunda Guerra Mundial gracias a los inmensos esfuerzos de sus partisanos; en 1945 el Partido Comunista llegó al poder con Josip Tito. Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia consiguieron ser reconocidas como repúblicas, se abolió la monarquía y Yugoslavia se convirtió en una república federal. Durante su presidencia, Tito marcó distancias con las superpotencias; permaneció no alineado ni con los países occidentales ni con la Unión Soviética de Stalin. Cuando murió, en 1980, la presidencia se convirtió en un puesto colectivo que iba cambiando de manos entre nueve miembros elegidos. En 1986 Slobodan Milosevic llegó al poder. Su visión de una Gran Serbia, no contaminada por sangre extranjera, aterrorizó a los eslovenos y croatas, los cuales declararon su independencia en junio de 1991.

Milosevic no lo toleró y envió al ejército, dominado por serbios, a Eslovenia, mientras que la UE introducía sanciones rápidamente para intentar evitar una guerra civil. Las tropas se retiraron se Eslovenia un mes más tarde, pero la guerra ya había llegado a Croacia, donde miles de personas murieron antes del alto el fuego de 1992, conseguido con la intermediación de las Naciones Unidas. La Comunidad Europea reconoció la independencia de Croacia y de Eslovenia, después de lo cual la pedirían Macedonia y Bosnia-Herzegovina.

El 27 de abril de 1992, Serbia y Montenegro adoptaron el nombre de Yugoslavia, principalmente para evitar ser identificados con las masacres en Bosnia. Aunque las tropas yugoslavas se retiraron de Bosnia, el 80% del ejército estaba formado por serbios de Bosnia, y la guerra prosiguió. En mayo de 1992 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso duras sanciones contra Yugoslavia y se enviaron barcos de guerra al Adriático para garantizar que el embargo se llevaba a cabo. A finales de 1996 se firmaba un tratado de paz entre Yugoslavia y Croacia, Bosnia se dividía entre serbios y croatas musulmanes y el sueño de Milosevic de una gran Serbia se hacía realidad. Decenas de miles de personas habían muerto, el país y las ciudades históricas quedaban hechas trizas.

En marzo de 1998 surgían nuevos problemas en Kosovo. La mayoría albanesa de las provincias empezó a pedir la independencia y Yugoslavia respondió a lo que denominaba terrorismo albanés con la limpieza étnica. Los pueblos fueron asaltados, cientos de albaneses asesinados y miles se vieron obligados a huir. Temerosos de otro conflicto como el de Bosnia, el grupo de contacto formado por EE UU, el Reino Unido, Rusia, Alemania, Francia e Italia impuso un nuevo embargo de armas a Yugoslavia, pero todo fue en vano – la represión serbia continuaba enfrentándose al Ejército de Liberación de Kosovo y a principios de 1999 comenzaba el ataque de la OTAN empezaron a caer. En junio de 1999, se aprobaba un plan de paz entre Yugoslavia y la OTAN; sin embargo, se tuvieron que contener esporádicos estallidos de violencia.

En julio de 2000 Milosevic cambió la normativa de las elecciones presidenciales, con el objetivo de que los ciudadanos (más que el parlamento) le votaran para gobernar otros cuatro años. El 24 de septiembre la oposición, agrupada en una coalición, obtuvo el 55% de los votos. La comisión electoral se negó a aceptar el resultado de las elecciones y se convocó una segunda vuelta, en medio de una campaña de desobediencia civil en Belgrado y huelgas en toda Serbia. La paciencia de los yugoslavos se terminó el 4 de octubre, cuando se anularon los resultados de las elecciones y se anunciaban nuevos comicios para 2001. Al día siguiente, personas venidas de todo el país se manifestaban pidiendo la dimisión de Milosevic, se produjeron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, el parlamento fue tomado y, finalmente, sólo 12 horas después de las protestas, Vojislav Kostunica se dirigió al medio millón de personas desde el balcón del ayuntamiento de Belgrado como nuevo presidente de Yugoslavia.

Con el nuevo panorama político, Yugoslavia fue readmitida en las Naciones Unidas, hizo de los crímenes de guerra un asunto prioritario y intentó resolver una vieja disputa territorial con Macedonia. La República Federal de Yugoslavia se disolvió en febrero de 2003 estableciéndose entonces el estado Unión de Serbia y Montenegro, con el voto pendiente en un plazo de tres años sobre la independencia de Montenegro.

El futuro de la nueva unión se vio perturbado con el asesinato del primer ministro serbio Zoran Djindic en marzo de 2003. Como resultado se culpó y arrestó a los sindicatos del crimen organizado relacionados con Milosevic. En marzo de 2004, se puso en marcha el Tribunal Especial de víctimas de guerra llevando a juicio a 6 serbios responsables de la matanza de Vukovar. En junio del mismo año, Boris Tadic, lider del Partido demócrata asumió la presidencia de la unión. En su campaña política prometió conseguir el ingreso de Serbia en la UE.