Los restos de grandes civilizaciones convierten a Perú en un país fascinante. El visitante puede pasear por ciudades coloniales que todavía conservan el legado de los españoles, visitar la antigua capital inca, Cuzco, o explorar la ciudad perdida de Machu Picchu y reflexionar sobre los enigmáticos dibujos de Nazca. Pero no hace falta una larga estancia en Perú para percatarse de que el Nuevo Mundo poseía una compleja vida cultural milenios antes de que Pizarro pisara tierra inca.
El país cuenta con paisajes espectaculares y variados. Se dice que los Andes peruanos son los más bellos del continente, y en sus montañas habitan millones de indígenas que todavía hablan quechua y conservan su ancestral modo de vida. La cuenca amazónica ocupa la mitad de Perú y es uno de los diez puntos del mundo donde hay mayor biodiversidad. Se trata de un área de selva tropical muy rica en especies. Aunque los viajeros no suelen apreciar demasiado los desiertos litorales, con sus enormes y ondulantes dunas, oasis de labranza y pueblos pescadores, éstos ofrecen una oportunidad perfecta para escapar de las rutas tradicionales. Para disfrutar de Perú sólo se necesita un espíritu curioso, interés por los paisajes y por la historia.