Por su situación en el corazón del Viejo Continente, Polonia ha constituido tanto un puente como un frente entre Europa oriental y occidental. En la actualidad, se ha convertido en el país ideal para quienes desean ser testigos de cómo una nación se sacude el polvo de su pasado y trata de volver a empezar. Se descubre un territorio polifacético donde modernos personajes urbanos disfrutan de la capital y de las antiguas poblaciones medievales, y donde carretas tiradas por caballos recorren zonas a las que el siglo XXI parece no haber llegado.