Tras la devaluación de su moneda, Suecia se ha convertido en un país más asequible. Sus principales atractivos se centran en el paisaje y la cultura; sus vastos bosques y sus enormes lagos se prestan para realizar actividades al aire libre, desde el patinaje sobre hielo hasta la observación del alce. Estocolmo, la capital, mezcla el progresismo de las grandes urbes con la tranquilidad característica de los pequeños pueblos.