Conoce todo sobre Suiza

Suiza evoca un buen cúmulo de tópicos: chocolates irresistibles, relojes recargados, Heidis y yodle (canto tradicional tirolés), banqueros carentes de sentido del humor, burocracias internacionales y una personalidad nacional ordenada, meticulosa y bastante insulsa. Pero Harry Lime se equivocaba en más de un aspecto cuando, en El tercer hombre, dijo que quinientos años de democracia y paz en Suiza no habían producido nada excepto el reloj de cuco. Para comenzar, fueron los alemanes quienes inventaron este instrumento. En segundo lugar, los suizos, realmente inteligentes, han ganado más premios Nobel y registrado más patentes per cápita que cualquier otra nación de la Tierra. Los muesli, el insecticida DDT y los seguros de vida tal vez no alimentarán la leyenda, pero ¿dónde estaríamos el resto de mortales sin un poco de sentido común suizo a nuestras espaldas?

Suiza puede ser neutral pero, sin duda, no es un país insípido. La fusión de ingredientes alemanes, franceses e italianos ha formado una robusta cultura nacional. Además, los paisajes alpinos poseen suficientes atractivos como para revigorizar al viajero más cansado. Goethe caracterizó Suiza de forma sucinta, como una combinación de «monumentalidad y orden perfecto». La indomable majestuosidad de los Alpes y la pulcra y ordenada precisión de las ciudades helvéticas impiden que Suiza sea tan unidimensional como muchos eruditos pretenden.