Moneda
ringgit
Comidas
· Presupuesto bajo: entre 11 y 15 ringgits
· Presupuesto medio: entre 15 y 35 ringgits
· Presupuesto alto: a partir de 35 ringgits
Alojamiento
· Presupuesto bajo: entre 30 y 75 ringgits
· Presupuesto medio: entre 75 y 200 ringgits
· Presupuesto alto: a partir de 200 ringgits
Aquellos que viajen con un presupuesto ajustado pueden apañárselas en Malasia peninsular con unos 20-25 dólares al día. Esto implica establecimientos hoteleros chinos -más económicos-, restaurantes locales o puestos callejeros para alimentarse y utilizar el autobús como principal medio de transporte. Si se viaja con un acompañante, los gastos de alojamiento se reducen notablemente.
Para quienes deseen hospedarse en hoteles cómodos con cuartos de baño privados, comer en restaurantes de precios moderados y efectuar los viajes locales en taxis, el gasto diario ronda los 65 dólares. Disfrutar de las mayores comodidades y de un cierto lujo, supondrá alcanzar los 100 dólares por jornada. Sabah resulta más costosa que Malasia peninsular, de modo que hay que sumar aproximadamente un 30% al presupuesto durante la estancia en esta zona.
En Malasia los bancos son eficientes y suelen cobrar entre 2 y 3 dólares por las transacciones de cambio de divisas. Los cambistas no perciben comisión, pero las tarifas varían, así que es recomendable comprobar la cotización del día antes de solicitar sus servicios. Es preferible (y más rápido) canjear el dinero en efectivo a un cambista que a una entidad bancaria.
Los hoteles, comercios y restaurantes de cierta categoría aceptan las principales tarjetas de crédito. Si se dispone de una tarjeta con clave de identificación personal, es posible obtener anticipos en metálico en los cajeros automáticos. En Malasia, las oficinas están conectadas a redes bancarias internacionales, por lo que se puede retirar dinero de una cuenta de ahorro en un cajero. Es aconsejable comprobar con la institución bancaria propia si es factible sacar fondos de una cuenta personal desde Malasia.
En Malasia no se acostumbra dejar propina. Los establecimientos hoteleros y de restauración más lujosos añaden a las cuentas un 10% por el servicio. Por todas las habitaciones de hotel se paga un impuesto gubernamental del 5%, aunque muchos establecimientos económicos incluyen este impuesto en sus precios. El regateo es común en los mercados y en los comercios más turísticos. Es preferible planteárselo como una forma cortés de relacionarse y no como una cuestión de vida o muerte.